Disfrutar de los paisajes que ofrecen la sabana de Bogotá, es observar una naturaleza de verdes campos y la silueta de montañas que se mezclan con los pueblos sabaneros.

Son las 7:30 de la mañana de un domingo cualquiera; tomo mi bicicleta, mi casco y me alisto para salir. El cielo de Chía amanece algo nublado, donde la bruma de la mañana sube la montaña; a las afueras de mi casa un amigo espera para empezar la ruta.

Bajamos por la Avenida de los Chilacos y luego  giramos a la derecha, por el semáforo de Emserchia  que nos lleva directo a cruzar el puente de Río Frío y luego  la vereda de Fonquetá, tomamos la ruta por las canchas de futbol para subir por la vía más larga, pero más transitada por los ciclomontañistas hacia la Iglesia de La Valvanera.  El cielo se ha despejado y el azul se va mezclando con el  color verde y café, de las ramas de los árboles que bordean la carretera;  ciclistas que suben y bajan, personas caminando  y  varios deportistas trotando solos  o con sus fieles compañeros: los perros.

Vamos  ascendiendo hacia nuestro destino, nuestro primer alto, es una parada técnica para hidratarnos, ¿y que mejor que tomar una bebida natural, más típica  que encontramos a lo largo del recorrido?, el jugo de naranja natural que hallamos en varios puntos estratégicos. Uno de ellos es en el sitio conocido como la intersección, que conduce por un lado a La Valvanera o  por otro lado al municipio de Tenjo.

Allí nos tomamos un tiempo y pudimos entrevistar a Deysi, quien junto con su esposo hace parte del Resguardo Indígena de Chía y son los dueños de este  punto de hidratación. Ella nos cuenta que llevan ya 9 años con este  punto y al principio eran muy pocas las personas que hacían deporte o frecuentaban esta ruta, menciona que aproximadamente  unas 100 o 200 personas, pero que en los últimos años se ha incrementado tanto, que en promedio cerca de 1.500 deportistas entre ciclistas, trotadores y caminantes están frecuentando esta ruta.  Allí se tiene una espectacular vista de Chía, es un lugar agradable y cómodo en el que nos tomamos nuestro primer jugo del recorrido.

De allí continuamos y decidimos avanzar por la vía  que nos conduce al Cerro de La Cruz, un punto que los habitantes de Chía distinguimos y que también nos lleva  al municipio de Tenjo, por una carretera destapada en buenas condiciones montaña arriba. Llegamos a un punto denominado El Boquerón, donde encontramos otro de los puntos hidratantes del recorrido  y donde empieza el descenso, que nos conduce finalmente a nuestro destino: el pueblo vecino Tenjo.

Justo en este punto fue nuestra segunda parada técnica y la  meta propuesta para ese día, ya que somos ciclistas principiantes recién comenzando en este deporte. Allí tuvimos la oportunidad de dialogar con  Andrés Bojacá, un ciclomontañista aficionado raizal del municipio de Chía quien ya lleva  aproximadamente 2 años practicando este deporte, quien nos cuenta que en  promedio por semana recorre unos 150 km, una meta que para nosotros como aficionados nos llevara algún tiempo, pero que con constancia y disciplina seguro podemos lograr en pocos meses.

El Ciclomontañismo es uno  de los  deportes que más ha tomado fuerza en la sabana de Bogotá,  cada vez son más los que se suman a este: por salud, por salir del estrés que genera la ciudad y encontrarse en un entorno natural, que les devuelve un poco de  bienestar y calidad  a sus vidas.

En el municipio de Chía contamos con excelentes alternativas para todos estos turistas, amantes del deporte, la aventura y la naturaleza. Existen varias rutas para recorrer nuestros cerros occidentales, tales como la subida desde la vereda de Tíquiza hacia Lourdes y de ahí bajar hacia Tabio, donde puede darse un paseo por este municipio;  allí puede tomar otras rutas como la de El Alto  de Canicas o  ir a La Capilla , ir hacia el municipio de Tenjo y subir por la ruta de Vagones, para llegar al punto del Boquerón y descender a Chía por la vía de La Valvanera.

Otra opción viable es partir de Tabio y tomar la vía a Cajicá para retornar hacia Chía. Existe otra ruta que exige un poco más de nivel, pero que cada vez toma mas fuerza y es la vía al Cerro de Yerbabuena, de allí se puede llegar luego de un empinado recorrido al municipio de Sopó.

Las rutas, los recorridos, los paisajes, el increíble aire puro; definitivamente van al gusto y al estado físico de quien los decida tomar. Te ofrecemos algunas recomendaciones si decides disfrutar de este deporte, de la hermosa naturaleza y de los innumerables paisajes que te ofrece la sabana:

  • Llevar siempre el casco y tus documentos de identidad.
  • Revisar muy bien tu bicicleta antes de salir (Frenos, cambios, neumáticos, etc.).
  • Trazar previamente la ruta que va a realizar.
  • Hidratarse bien es importante, lleva suficiente agua y/o bebidas hidratantes.
  • Aplicarse suficiente bloqueador solar.
  • Respetar siempre la naturaleza.
  • Guardar los envoltorios de lo que comas en tu mochila o bolsillos.
  • ¡¡Por último, disfruta del paisaje!!

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